¡Oh
cálida lágrima!
¡Oh cálida lagrima que recorres mi mejilla!
¿De qué profunda
parte de mi alma has salido?
¿Emanas del alma,
como emana del árbol la primavera?
¡Oh cálida
lagrima que recorres mi mejilla!
Te alimentas de
belleza, de emoción,
surges de todo
aquello que escapa a la razón.
¡Oh cálida
lagrima que recorres mi mejilla!
Eres de lo
divino, de lo eterno, su máxima expresión.
A.M.B.
Mayo de 2011
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