Adivina
adivinanza
Tenemos
alas pero solo volamos cuando se nos lleva el viento. Muchos al hacernos se
volvieron majaretas. Te resguardamos del frio y del calor, del sol y de la
lluvia y aún así cada vez somos menos populares; ¡humanos no hay quién os
entienda! Somos un grupo de lo más heterogéneo, casi cada país nos concibe de
forma diferente. Unos paseamos a caballo por la feria de Jerez. Los altos vamos
a las bodas con el chaqué. Uno redondito acompaño a un entrañable inglés muy
gordito. En verano solemos venir de Centro América. En el siglo XVIII todas las
francesas lucían elegantes con nosotros. En el oeste americano vimos matar a
muchos indios. En Australia nacemos de los cocodrilos. A los mexicanos nos
toman por españoles y así tras ponerse como gambas, los resacosos guiris nos
pasean por el aeropuerto de Mallorca. Con Sancho panza vimos a Don Quijote
hacer muchos disparates, y vimos como el Lazarillo se bebía el vino del ciego
pero no se lo pudimos contar. En Louisiana oímos al blues nacer. En Austria
acompañamos al cazador en busca del corzo y al subir a los Alpes escuchamos el
eco del canto tirolés resonar por los valles. En Jerusalén vamos al mercado con
los judíos ortodoxos a comprar naranjas de Jaffa. Chicago nos dio muy mala
prensa y ahora nos toman por gangsters. En Rusia nos hicieron con piel de oso.
Y en Irlanda te esperamos con el duende al final del arcoíris, con un caldero
lleno de oro. En nuestro interior nacen conejos y palomas. A todo aquel que
acompañamos lo envolvemos en un halo de misterio. Nos gustan mucho las plumas y
las flores. Al ver pasar a las damas nos sobreexcitamos y subimos y volvemos a
bajar. Del interior de las casas vivimos desterrados así como de las iglesias.
¿Qué
somos?
A.M.B.
Mayo
de 2011
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