Adivina
Adivinanza
Apelo
a la belleza, la emoción y el intelecto. A veces funciono como un espejo pero
cuando soy puro y verdadero no busco reflejar algo físico. Nazco en Dios, me
cuelo en el alma del hombre, lo emociono, lo conmuevo, me impregno dél y luego
caigo al mundo en forma de lágrima. Somos tres hermanas. Diferentes formas de
expresión de una misma cosa; como la santísima trinidad. Cada una de nosotras
tenemos una personalidad muy marcada. La una tiene barba blanca, es muda, y se
dedica a gritarle al mundo su Verdad. La otra es esteta, se recrea en la
belleza formal, su Verdad solo la alcanza el que la quiera alcanzar; manipula
el arcoíris y las piedras. La tercera, la mayor de las tres, es vibrante,
armoniosa, pasional; muere inmediatamente después de nacer, para luego volver a nacer y luego volver a
morir; es esquiva, solo la puedes sentir una vez; es de naturaleza efímera. Soy
el alma de Dios captada por el hombre y encarnada a través suyo en el mundo.
Soy una profecía que se cumple, un ideal materializado. Abro los ojos al
hombre, soy su maestro, su guía, su más elevada forma de comunicación. Uno las
almas de los hombres, a veces de por vida, a veces por un instante. Muchos me
mal interpretan y creen que me nutro de dolor, de sufrimiento. En realidad me
nutro de puro Amor, toda emoción la empapo de Amor, la sublimo, y la arrojo de
vuelta al mundo. Es por eso, y por todo lo demás, que vive comprimida en mí,
esperando el momento, enviando fortuitos destellos eternos, a punto de
explotar; la salvación de los hombres.
¿Qué
soy?
A.M.B.
Mayo
de 2011
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