Beatus Ille
Marcho.
A la paz de las encinas,
a las verdes praderas en las
que pastan
serenamente las pacientes
vacas.
Marcho.
Donde el frío es frío
y aún no ha llegado el calor,
donde la chimenea sustituye a
la tele
y los libros al ordenador;
donde el fuego es toda tu
calefacción.
Marcho.
Donde en las camas habitan
azules bolsas de agua caliente.
Marcho.
Donde el tiempo aún no se ha
acelerado
y transcurre al ritmo de la
encina,
donde no hay coches, sino
buitres; y un tractor.
Donde la aurora llega con
palomos y pajaritos,
con lejanos mugidos de terneras
juguetonas
y la escarcha dibuja una foto
en blanco y negro.
Y la charca refleja un cielo violeta.
Marcho.
Donde habita ese silencio tan
callado
que se oye. Donde puedo cantar
y gritar
sin preocuparme por a quién
molestar.
Donde no llega internet ni el
teléfono,
e incomunicado me comunico con
Ellas,
Aquellas, que tanto agrado
producen al cantar.
Marcho.
Con mis libros y mis ideas,
a leer, a escribir, a pensar, a
llorar, a crear.
Marcho.
Donde mi amiga y mi amante,
la que me abraza, se llama soledad.
A.M.B.
Marzo de 2013
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