Adivina
adivinanza
Soy
aquello que une a dos individuos,
a
veces por un instante que parece eterno
y
a veces por una eternidad
que
se hace instantánea.
Soy
la metamorfosis del amor a lo físico,
o
la del placer al pecado.
Soy
un vaso de agua fría en un día caluroso,
la
novena sinfonía de Beethoven,
una
oración,
una
esperanza,
un
ejercicio espiritual.
Soy
caricias y besos,
roces
y miradas,
complicidad
e intimidad.
Solo
a través mío
dos
cuerpos se convierten en uno,
dos
almas se funden,
dos
mentes se elevan
y
se evaden de la mano.
Exalto
tus sentidos,
te
embriago,
invado
tu alma de un placer sin límites,
un
placer desbordado y desbocado,
hasta
que por fin;
exploto,
trayendo
la unión, la vida, el mañana.
Entonces,
todo acaba,
y
paulatinamente, despacio,
como
baila la pluma al caer,
desciendes,
hasta
que tu alma y tu cuerpo
se
vuelven a unir.
Exhausto
y a desgana,
te
separas;
sintiendo
aún más obvia,
más
evidente, más innegable,
y
más real que nunca;
la
inevitable soledad de la existencia.
¿Qué
soy?
A.M.B.
Mayo de 2011
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