martes, 30 de abril de 2013

Somos.




Somos.

Somos jóvenes y venimos cargados,
de sueños peligrosos que contagian,
de miradas desafiantes que al mundo miran
con la fuerza de la fiera enjaulada
que vuela libremente mas no olvida.
Tenemos fuerza y descaro,
integridad y fe, nos atrevemos.
Somos la rabia contenida
por el amor sublimada,
esa rabia que crea versos
en lugar de ser taimada.
Somos la mano
que se introduce en tu alma,
encuentra el punto exacto
y lo acaricia hasta zarandearlo.
No queremos ser, ¡somos!
talento joven y salvaje,
indomable, bestial, desgarrador.
Ser y creer, ¿te atreves?
Ser y creer, ¿lo sientes?
Ven a vernos, y si eres escéptico
tíldanos de pretenciosos,
no lo negamos, tendréis razón:
pretendemos,
afirmarnos en vuestra negación.
No nos conformamos, luchamos,
y nuestras armas permanecen
mientras el escepticismo se desvanece.
¿De veras creéis que tenemos miedo,
de veras, miedo? Miedo, ¡¿miedo a qué?!
Somos guerreros del Amor
que se derrama en cada ensayo
en cada línea escrita con ardor.
Somos y estamos aquí para quedarnos,
somos y no nos vamos.
Somos soldados de la libertad,
somos fe, entrega e integridad.
¡Somos Fierabrás!



A.M.B.
Mayo de 2013

domingo, 28 de abril de 2013

Tu silencio, mi hogar.



Tu silencio, mi hogar.

Me paso la vida caminando,
con la mirada fija al frente,
luchando, siempre luchando,
enfrentado a mis demonios
y todos los que van asomando.
Y mi mente siempre despierta
dialoga consigo misma,
escucha y riega versos,
danza al ritmo
que por la vida le es impuesto.
Y mi alma vibra con todo ello,
a veces en perfecta armonía,
afinada como un instrumento más
en esta enorme e inmensa orquesta;
otras a destiempo, violentamente,
como la tensa cuerda de laúd
que de tanto vibrar se rompe.
Y cuando duermo sueño,
cosas raras y reales,
flores que brotan valientes
del espeso y duro pelo del oso.
Siempre ruido, siempre música,
siempre actividad, siempre movimiento.
Mas cuando vuelvo a estar en ti,
cuando unidos desterramos a la soledad
diluyéndonos en nuestros besos,
fundiéndonos en caricias encendidas
y nuestras almas entrelazadas se atan en un nudo;
escucho de nuevo el silencio, mi hogar.
Y sé que soy, que estoy vivo y te pertenezco,
y tu femineidad al recibirme
me susurra tiernas palabras al oído,
hasta que calla,

y callo yo con ella en su silencio eterno.
Y estoy de vuelta en casa, en el hogar,
en mi único hogar que está entre tus piernas.



A.M.B.
Abril de 2013

jueves, 25 de abril de 2013

Vaciemos la palabra



Vaciemos la palabra

Vaciemos la palabra
despojándola de todo sentido,
desnudémosla con lascivia.
Después repitámosla una
y otra vez, y otra, y otra,
mecánicamente,
cual si de un ritmo
de música tecno se tratara.
Entonces, cuando todo carezca
de significado, cuando
las velas del barco de Hermes
no se hinchen con el aliento
de los símbolos,
cuando cesen de zarpar
naves que nos lleven de retorno
a nuestro origen,
y vivamos muriendo,
asfixiados ahogándonos sin aire
sumergidos en una inmensa nada
que todo lo devora con apetito voraz;
entonces, y sólo entonces,
volvamos a aprender a hablar.
Saboreando cada fonema,
fundiéndonos en las dulces
caricias que las sílabas se profesan
al formarse de nuevo en palabra.
Palabra, aire, viento,
que de nuestras almas escapa
como del orificio de una flauta.
Palabra tibia que se disuelve
en fresca brisa marina,
palabra húmeda que se derrama
en sangre azul sobre las nubes,
para luego
ser llorada en las verdes praderas.
Palabra, palabra, palabra,
palabra, palabra, palabra,
palabra, palabra, palabra…



A.M.B.
Abril de 2013