domingo, 28 de abril de 2013

Tu silencio, mi hogar.



Tu silencio, mi hogar.

Me paso la vida caminando,
con la mirada fija al frente,
luchando, siempre luchando,
enfrentado a mis demonios
y todos los que van asomando.
Y mi mente siempre despierta
dialoga consigo misma,
escucha y riega versos,
danza al ritmo
que por la vida le es impuesto.
Y mi alma vibra con todo ello,
a veces en perfecta armonía,
afinada como un instrumento más
en esta enorme e inmensa orquesta;
otras a destiempo, violentamente,
como la tensa cuerda de laúd
que de tanto vibrar se rompe.
Y cuando duermo sueño,
cosas raras y reales,
flores que brotan valientes
del espeso y duro pelo del oso.
Siempre ruido, siempre música,
siempre actividad, siempre movimiento.
Mas cuando vuelvo a estar en ti,
cuando unidos desterramos a la soledad
diluyéndonos en nuestros besos,
fundiéndonos en caricias encendidas
y nuestras almas entrelazadas se atan en un nudo;
escucho de nuevo el silencio, mi hogar.
Y sé que soy, que estoy vivo y te pertenezco,
y tu femineidad al recibirme
me susurra tiernas palabras al oído,
hasta que calla,

y callo yo con ella en su silencio eterno.
Y estoy de vuelta en casa, en el hogar,
en mi único hogar que está entre tus piernas.



A.M.B.
Abril de 2013

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