Epílogo
Adri está
sentada en la terraza. Blanca entra con una maleta en cada mano. Las deja en el
suelo, en el centro de la plaza, y se sienta con Adri.
Blanca: ¿No está
Bibi?
Adri: No, se ha
quedado en casa ayudando a la abuela con la empanada. Estaba cansada después
del entierro. (Se toma una pausa)
¿Por qué no has venido tú, Blanquita?
Blanca: Vengo ahora
de su nicho. Quería despedirme de él a solas, con mi propia ceremonia, más
íntima. Siento que se lo debía. Él me dedicó una palabras que bien pudieron ser
las últimas, y yo llevaré esas palabras conmigo siempre.
Adri: Ha sido muy
triste, pero al mismo tiempo muy hermoso. Me ha sorprendido ¿sabes?, que
estuviera todo el pueblo. Había como un aura celeste que lo envolvía todo y nos
hacía participar de ella. Todo el mundo estaba muy triste, y lloraban. Enrique
no ha parado de llorar en todo el entierro. El alfarero era una persona tan
huraña y distante, que casi no bajaba al pueblo y no hablaba
con nadie, pero ahora que se ha ido, es como si todos nos hubiéramos hecho
conscientes de lo que significaba su presencia, como si nos hubiésemos quedado
huérfanos.
Blanca: ¿Enrique ya
se ha ido?
Adri: Sí, justo
después del entierro. Mila se fue antes, a primera hora de la mañana. Y de
Arturo no sabemos nada, no tenemos idea de dónde puede estar. (Permanecen en un triste silencio durante
unos instantes). Y ahora tú también te vas Blanquita…
Blanca: Sabíamos que
estaríamos aquí poco tiempo.
Adri: Pero ¿sabes?
Siento una angustia que me oprime el pecho. Después de todo esto, siento como
si nos hubiéramos distanciado, como si de repente me hubiera quedado sola en la
memoria de aquellos tiempos tan felices, y temo que no nos volvamos a encontrar
más, que no volvamos a vernos nunca. Porque, algo se ha roto, Blanca. Y ¿qué va
a pasar ahora? ¿Qué vamos a hacer? ¿Por qué, qué nos queda?
Blanca: Queda la
vida. Que no es poca cosa. Y es algo que merece la pena. (Tras una pausa) Bueno, me voy yendo, que se hace tarde y pierdo el
tren.
Blanca
se levanta y se dirige hacia el centro de la plaza a coger las maletas
Blanca la mira
fijamente durante un instante
Blanca: Recuerdo.
Del latín recordare; lo que vuelve a
pasar por el corazón.
Se
funden en un abrazo, y cada una marcha por un lado del escenario
Sale Eleuterio
Eleuterio: Ya se
fueron. (Va desde las mesas hasta el
centro del escenario, y mirando a la platea) Y ahora, ¿a quién voy a servir
yo, cuando ya no sea primavera?
Telón
A.M.B.
F.R.R.
Noviembre de 2013
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