lunes, 3 de marzo de 2014

Sesenta y cinco versos para un padre de sesenta y cinco años



A mi Padre, por hacer de su vida un ejemplo.


Sesenta y cinco versos para un padre de sesenta y cinco años

Sesenta y cinco años librando batalla,
de capitán de navío, de alférez, de guarda.
Capitaneando el barco de tu gente sin titubeos,
sin dudas, sin faltas; con el sol por el día
y en la oscuridad de la noche, las estrellas.

Sesenta y cinco años librando batalla,
construyendo piedra a piedra tu templo,
con devoción, amor, trabajo y esperanza,
con tus principios, y tu fuerza.

Sesenta cinco años librando batalla,
consecuente y recta, de frente,
sin ni una mezquindad, con honestidad,
Sin trampas ni atajos, nunca fuiste un canalla.

Sesenta y cinco años librando batalla,
mirando con orgullo de frente a la vida,
con ardor y pasión en la mirada,
con esos ojos verdes que parecen esmeraldas.

Sesenta y cinco años librando batalla,
por tus hijos y tus padres,
por tus hermanos y tus gentes,
siendo siempre tú el que mira de frente.

Sesenta y cinco años librando batalla,
ganándote nuestra admiración y respeto,
liderando con el ejemplo,
con tu fuerza y con tu no me lo planteo.

Sesenta y cinco años librando batalla,
y ¿aún crees que no sabes nada?
ignorante es el que cree ser sabio,
filósofo el que nunca deja de aprender.

Sesenta y cinco años librando batalla,
siendo un hombre bello y esplendido,
de fuertes hombros, fuertes manos,
fuerte voluntad para guiar a su manada.

Sesenta y cinco años librando batalla,
y nosotros tus hijos te vemos desde lejos,
con orgullo y admiración,
con tan sólo amor en la mirada.

Sesenta y cinco años librando batalla,
levantándote pronto para hacer la maleta,
viajando, luchando, trabajando,
y luego va, y te sale un hijo poeta.

Sesenta y cinco años librando batalla,
con la seguridad y la certeza,
de que quien se queda con tu nombre,
lo lleva con integridad y con belleza.

Sesenta y cinco años librando batalla,
con la tranquilidad de saber,
que tu única hija, tu espejo y reflejo,
tiene tu mismo fuego en la mirada.

Sesenta y cinco años librando batalla,
y por fin cuando menos lo esperabas,
se hace tu más honda voluntad
y orgulloso dices: “tengo un hijo ingeniero”.

Sesenta y cinco años librando batalla,
respaldado, apoyado, amado,
detrás de todo gran hombre
hay una mujer de gran belleza.

Sesenta y cinco años librando batalla,
y todos los que te conocemos,
los que te queremos, te debemos,
sentimos una gratitud honesta, sincera.

Sesenta y cinco años librando batalla,
y ojalá sesenta y cinco años más
vivir pudieras, más hombres como tú
es lo que el mundo necesita,
con tu valentía, con tu amor,
con tu integridad y con tu fuerza.





A.M.B.
3 de Marzo de 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario