A una buena amiga
A tu lado, frente al mar
Estabas
sentada graciosamente en un roca,
como
si el océano que te enmarcaba
te
hubiera arrojado de su constante movimiento,
y
ahora, enfurecido por haberte perdido
rugiese
bravo vomitando enormes olas.
La
roca que decidiste coronar se suavizaba
bajo
tu ondulada y líquida presencia,
y
hasta las gaviotas al pasar por el frente
te
miraban.
Yo
con tranquila satisfacción
clavaba
mis ojos en el océano irascible
agradecido
por tener tan cerca
lo
que él no supo retener.
El
sol cálido y bajo de invierno
te
acariciaba dulcemente,
o tal vez tú a él;
o tal vez tú a él;
luz
con luz entrelazada,
la
tierra con el cielo hermanada.
Y
entre nosotros se tejía el silencio
derramando
gotas de agua clara,
regando
el fértil y verde jardín
donde
crecen las violetas.
A.M.B.
Febrero de 2014
Precioso Toñez :-)
ResponderEliminarTe has enamorado de la Sirenita de Copenhagen...? Besos, te veo este finde? Elena
ResponderEliminarDefinitivamente. Estoy con mono de Pedro-Llen.
EliminarMuy romántico. ¿Quien será la susodicha?
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